martes, 8 de abril de 2014

Summer time

Tic tac, tic tac, ya llega el verano, cada día mas calorcito, más horas de sol, anochece más tarde, y el tiempo acompaña a comprar más ropita de verano, renovar el armario y echar un vistazo a los looks que nos deparará este verano.
Haciendo un descanso esta tarde en mis estudios he paseado por en centro con una amiga y no me he podido resistir a comprarme estas sandalias, en ellas veía escrito IBIZA, VERANO, COMODIDAD (y sin duda bailar hasta que salga el sol)





Unas romanas de caña infinita que estilizan la pierna de color caramelo con tachuelas doradas y un tacon fino y alto y sin plataforma. 

Y inevitablemente ya he tenido que comprarme el conjunto entero, todo lo que veía automáticamente formaba un outfit mental que combinaba con mis nuevas sandalias.

Así que para redondear el look totalmente ibicenco me he hecho con estas dos piezas, short y blusa.



Una blusa blanca vaporosa de cuello barco para lucir el bronceado de los hombros recogida con una lazada sobre el abdomen haciendo un efecto mas hippie chic y manga tres cuartos. Con unos shorts de encaje blanco de cintura baja.

Seguro que con un chaleco del mismo tono de las sandalias y un bolso saco queda genial! Que ganas de hacer una escapadita a la isla y estrenarlo.

Con amor Eva 

Amores no resueltos.

Hoy la moda se queda de lado, hoy por mi. Por que al fin y al cabo la moda es solo esa capa que nos recubre expresando una minúscula parte de nuestra personalidad, de nuestro carácter o estado de animo.

Y nuestro estado de animo al fin y al cabo, tristemente depende de lo que nos rodea, lo que nos sucede, lo que minuto a minuto construye nuestro presente que desemboca al instante en nuestro pasado. 
Y cada día que pasa comprendemos mejor que el problema no es el problema, si no el problema es tu actitud ante el problema.

Miles de casos podrían hacer referencia a lo anterior, pero la gran mayoría de veces, el caso que mas nos conmueve o mejor dicho remueve, es el amor. 

Esta a la orden del día las rupturas, los divorcios, los finales infelices en que ya no se come perdices, por que la gente se ha vuelto perezosa, escasa de esperanza y de poco alcance en visión de futuro. 
Es más fácil tirar y hallar algo nuevo, que tratar de arreglar. Otras veces simplemente ese "hasta que la muerte nos separe" nunca fue determinada de que muerte se hablaba, y seguramente era la muerte de este sentimiento ya oxidado al poco tiempo por no haber sido cuidado con ternura, avivado cada día, y dejandolo caer en la monotonía de una vida insípida.
Un amor tiene más tipos de finales que de principios, los principios suelen ser un clásico, chico conoce a chica o viceversa  y ahí empieza lo que seguramente acabe siendo una montaña rusa de sentimientos, o una película sin argumento que acaba espantando a los propios protagonistas por aburrimiento.
En fin, que en pocos casos si acaba, acabara bien, pensareis que soy una recelosa del amor, que ando resentida, pero nadie nos contó que paso después del "y comieron perdices", cuando ya la princesa no tenia novedades en su castillo, y al príncipe le empezaban a quedar lejanos los viajes a galope con su corcel para rescatar a la princesa. Otras veces hay amores que ni llegan a nacer, se quedan en un limbo en fase de crecimiento, como un feto fallecido por el aborto precipitado fruto del miedo, mucha gente teme enamorarse, amar y ser amado, darse cuenta que nunca se había llegado a querer tanto como le quieren, por que la mejor forma de encontrar el primer y verdadero amor, el amor propio, es en brazos de otro. Este tipo de gente es más bien como Jack el destripador, te producen mil mariposas en el estomago que acabaran convirtiendose en simples bichos que te recomerán por dentro cuando la ilusión sea en vano.

Podría hacer una tragicomedia con las puntuales historias de amor que he vivido en tan pocos años de vida, me he topado con algún príncipe desteñido que al besarlo se convirtió en rana, un Peter pan que se quedo atrapado en su pasado, y en su mayoría muchos Pinochos, y digo yo, ¿por que al hombre le da tanto pavor decir la verdad? Es obvio que un exceso de sinceridad produce odio, y que las mentiras piadosas no están de más pero la verdad es algo fundamental, negar lo evidente es como decir que a la hermanastra de Cenicienta le iba a entrar ese zapatito, vamos que a ella no le cabía ese zapatito ni a mi me caben algunas mentiras en la cabeza.

Pero de todas las historias nos recomponemos, tal vez salimos con algunas cicatrices pero salimos de ellas. Por que a todos nos venderán un "para siempre" con fecha de caducidad, un "amor de mi vida" y resultó ser un gato con 7 vidas, y hablarán de futuros inalcanzables. Sabiendo que cuando bajemos la guardia volveremos a ese "chico conoce a chica" volviendo a querer suicidamente.