Se acerca una de las fiestas más internacionales de origen americano, la
noche más temática en la que participan todas las edades, la noche de
Halloween. Cada cultura tiene sus tradiciones y aquí en Cataluña se celebra la
castañada en la noche de todos los santos, la noche del 31 de octubre, donde
habitualmente la familia se reúne para comer deliciosas castañas asadas,
boniatos y panellets.
Aunque falten un par de semanas para esta fecha los pequeños puestos de
castañas asadas y boniatos ya inundan las calles, los panellets invaden los
escaparates de las panaderías y las jugueterías y tiendas de disfraces sacan
todo tipo de disfraces y decoraciones para conmemorar la noche más terrorífica
del año.
Y sí, tras ingerir calorías a mansalva en formato de pequeñas bolitas de
almendra molida, azúcar y otros ingredientes, sumándole una contundente cena
familiar hace bien en nombrarse la noche más terrorífica, aunque por esta regla
dietética se podría sumar las Navidades, Semana Santa, etc.
Pero no sólo hemos de tener en cuenta estos factores para llamarla
terrorífica, en su origen los disfraces causaban auténtico espanto, zombies,
brujas y vampiros, entre otros, paseaban por las calles formando un espectáculo
digno de ver, pero la crisis que no permite más presupuesto para telas, o me
gusta pensar que es así y no por la cada vez más popular, versión hot de las
brujitas, diablillas o gatitas que escasean de largada los cinturones, perdón,
digo faldas, o esos sujetadores que llaman camisetas para entrar con una buena
pulmonía a noviembre.
Así bien empieza después de la orgía calórica la segunda ronda, donde
brujitas preparan pócimas de garrafón en
vasos de plástico, las gatitas suben las colas (y no precisamente las suyas) y
las diablas dejan claro que son de todo menos buenas se juntan con los
terribles vampiros chupa sangre, que efectivamente esa es la misión de la
noche, morder algún cuello y llevarse a su presa al ataúd.
La moda aún así coge aire tras esta patada al glamour y a
lo anti estético y siempre nos sorprende con alguna prenda inspirada en esta
época del año.
La marca Black Milk es sin duda un claro ejemplo con su
especial colección Halloween
http://blackmilkclothing.com/collections/halloween-2013 donde los
looks más favorecedores estampan calaveras o simplemente elegantes y sobrios
vestidos negros.
Jeffrey Campbell no se queda
a tras y sus botines de cuero negro recubiertos de pequeñas calaveras son el calzado
ideal como los de ante con una garra sosteniendo el tacón, o unos Grey City
Cutout cross (cruz tallada en el tacón), pero sin duda, remontando tres años a
tras, el calzado más apropiado para estas fechas fue diseñado por Dsquared2 en el otoño
2010 el cual transformo su tacón por una ristra de vertebras.
Pero en esta noche todo vale, así que si eres de las que prefieren pasar
desapercibidas, ponte un Little black dress, unos guantes largos del mismo
color y cálzate los tacones negros más impresionantes, compleméntalo con un
antifaz bonito y ¡listos!
Si prefieres un look más atrevido pero low cost, remueve tu armario, este
verano las camisetas con calaveras han arrasado, así que alguna tendrás, unas
medias bien rotas y unos botines negros serán tus aliados para esta noche.
Cuando sea la fecha ya haré un post con mi look, ¡no os lo perdáis!
"Si ese par de zapatos negros que tienes en el armario te hacen sonreír, valen más de lo que cuestan" Holly Golightly
Con amor, Eva.
Instagram -> estevese1
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