miércoles, 23 de octubre de 2013

El orden siempre tiende al caos.

El caos del armario de una mujer empieza en la mayoría de veces con el típico caso de “chico conoce a chica” o viceversa y posteriormente la primera cita. 

Entonces nos plantamos con pose desafiante delante del armario, los brazos en jarra y ese pequeño tic rítmico en el pie golpeando el suelo, y nos decimos "esta vez ya se que me voy a poner" - así que no tendré que remover el armario ni ponerlo patas arriba, solo estuve meditando el conjunto unos cuantos minutos, bueno si sumas todos esos minutos llega a horas, vale, horas de toda la noche desvelada pensando en que ponerme, pero ahora sí, lo tengo claro, solo me queda una hora para la cita así que voy bien de tiempo, total ya había decidido que ponerme. Estos jeans y esa blusa quedaran perfectos, aun que aun estoy algo indecisa con el calzado, ¿lloverá? Claro, quiero ir con un poco de tacón que siempre estiliza la figura, pero, ¿sandalias? Esas de ahí quedan perfectas con la blusa, uf pero el tiempo indica que lloverá, mejor voy a ponerme unos botines. Vaya ahora ya no estoy tan segura que la blusa vaya a quedar bien con estos botines entonces…- Y así pues, se desmonta toda nuestra teoría de “hoy se lo que me voy a poner”.

El tiempo mientras tanto a reducido a 45 minutos, -no pasa nada, aun es mucho tiempo, voy a mirar un poco más a ver si algo me convence, empiezo sacando las blusas, después las camisetas, aun que luego me decanto por los vestidos, y así hasta que la replica de las pirámides de Egipto esta en el suelo de la habitación formada por montones de ropa, que desde luego en esos 45 minutos que quedan, perdón ya son 30, no voy a recoger ahora.

Pero aun te queda la llamada de emergencia, y llamas a la primera amiga de la lista de contactos. -piiiip, piiiiiip, en estos momentos no esta disponibl… Bueno no pasa nada, a ver la segunda, “nena ahora no puedo hablar te llamo en media hora” ¡en media hora ya no me llames! estaré con ÉL. -Y al fin la llamada de emergencia es atendida, pero error, por una amiga que necesitaba más que tu la dicha llamada, así que de esos 30 minutos escasos que te quedaban pasas unos 25 consolando sus penas delante del armario tratando de escucharla y a la vez pensando  “tantas horas y dinero invertido en compras y ahora tengo un armario repleto de nada que ponerme”. Por fin la llamada termina, tu amiga sonriendo y tu desesperada sacando ropa del armario cual loca delante de un carrito de prendas exageradamente rebajadas. 


4 minutos, 3, 2… Y entra EL MENSAJE “baja”, -¿¡¿BAJA?!? ¡Y yo sigo en toalla delante del armario!- Así que mientras te cepillas los dientes te subes los primeros pantalones que habías pensado en ponerte haciendo un baile fusión de Gagnam Style y Paquito el chocolatero dando saltos, mientras picas el ascensor aun te estas acabando de poner la blusa, sí también la primera que habías pensando en ponerte, en el espejo del ascensor tratas de adecentarte el pelo y disimular el estrés con la mejor de las sonrisas. 

Y finalmente, si el tío no es un capullo pedante, con su sonrisa radiante te dirá “estas preciosa” por que en el fondo, les da igual si vamos con el mejor de nuestros vestidos, o el pijama de nuestros peores días.




Con amor Eva

<< Las mujeres creen sinceramente que se visten para nosotros o para ellas mismas, la verdad es que se visten para impresionar a otras mujeres. >> Francis de Miomandre

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